El proyecto de reurbanización del Paseo Sarasate y las calles adyacentes se inscribe en una estrategia global para transformar Pamplona en una ciudad más resiliente, verde y conectada, alineándose con iniciativas como la Renaturalización Urbana de Pamplona 2025 (RUNA). Esta intervención combina un enfoque ecológico, patrimonial y social para integrar naturaleza y urbanismo, abordando desafíos como la movilidad, el cambio climático y la conexión de los espacios públicos.
Naturaleza y agua: integrando el verde y el azul
El diseño prioriza la revitalización del Paseo Sarasate mediante la renaturalización, combinando la preservación de su carácter histórico con la incorporación de soluciones sostenibles. La vegetación existente se protege y amplía, mientras que se introducen nuevas plantaciones para promover la biodiversidad, mejorar la calidad del aire y mitigar el efecto de isla de calor.
En términos de gestión hídrica, el proyecto aplica una estrategia azul que responde a los retos del cambio climático mediante la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza. Las biocunetas, áreas de plantación lineales y deprimidas, permiten captar, filtrar y liberar de forma gradual el agua de lluvia, aliviando la infraestructura tradicional y reduciendo el riesgo de inundaciones. Este enfoque asegura una gestión más eficiente del agua, aprovechando la topografía natural del espacio y dirigiendo la escorrentía hacia el oeste.
Movilidad sostenible: conectividad y accesibilidad
El Paseo Sarasate actúa como un corredor estratégico que une el casco histórico y el ensanche de Pamplona. La propuesta rediseña este espacio para priorizar la movilidad peatonal y ciclista, conectándolo con las principales vías verdes y fluviales de la ciudad. A través de una plataforma única, se garantiza una accesibilidad universal, mejorando los flujos de tránsito y facilitando la interacción social.
La integración de las calles adyacentes al Paseo hasta su conexión con la Calle de Estella refuerza la cohesión del área. En el mediano y largo plazo, se prevé reubicar el transporte público hacia esta última vía, liberando más espacio para peatones y ciclistas en el Paseo Sarasate. Este planteamiento no solo aumenta la seguridad y la comodidad de los usuarios, sino que también fomenta un entorno urbano más atractivo y funcional, incentivando tanto la actividad social como económica.
Identidad histórica y memoria colectiva
El Paseo Sarasate es un espacio cargado de significado histórico y cultural, que conecta el casco antiguo con las áreas modernas de Pamplona. Su diseño característico, marcado por hileras de árboles y una disposición simétrica, refleja el equilibrio entre naturaleza y urbanismo. El proyecto busca reforzar esta identidad, adaptándola a las necesidades del siglo XXI sin perder su esencia.
La ISOLÍNEA se introduce como un elemento central en la intervención. Esta línea diagonal articula el diseño del espacio, conectando los frentes norte y sur mediante una nueva topografía que soluciona accesibilidad, drenaje y recorridos. La geometría de esta propuesta aporta dinamismo al espacio y un gesto formal distintivo, integrando pavimentos, mobiliario urbano y zonas verdes en una composición coherente y contemporánea.
Además, se revaloriza el arbolado y se amplían las áreas verdes, creando una transición fluida hacia espacios como el Parque de la Taconera y la Vuelta del Castillo. La intervención desplaza sutilmente el centro de actividad hacia el norte, revitalizando los frentes comerciales y ampliando el espacio de paseo, lo que refuerza su papel como eje central de la vida urbana de Pamplona.
Resiliencia y sostenibilidad: estrategias azul y verde
La estrategia verde del proyecto busca restaurar y potenciar el vínculo natural entre el Paseo Sarasate y la infraestructura ecológica de la ciudad. Este corredor continuo no solo mejora la biodiversidad local, sino que también contribuye a mitigar el calor urbano, optimizando la calidad ambiental del área. El diseño del paisajismo crea un gradiente que va de un entorno más urbano hacia un espacio más natural y denso en el oeste, guiando intuitivamente a los visitantes hacia los principales activos verdes de la ciudad.
Por su parte, la estrategia azul incorpora medidas innovadoras para gestionar las aguas pluviales de manera eficiente y sostenible. Las biocunetas, junto con un sistema de pavimentos permeables y una topografía adaptada, garantizan que el agua se maneje de forma natural y respetuosa con el entorno. Este enfoque mejora la resiliencia de la ciudad frente a eventos climáticos extremos y refuerza la capacidad del Paseo para adaptarse a los retos del futuro.
Un espacio para la comunidad: flexibilidad y vitalidad urbana
El rediseño del Paseo Sarasate lo convierte en un espacio polivalente y dinámico, capaz de adaptarse a múltiples usos y actividades. Desde el tránsito peatonal hasta eventos culturales, el diseño promueve la interacción social y la convivencia, fortaleciendo los lazos comunitarios y revitalizando la vida urbana.
La propuesta no solo responde a las demandas contemporáneas, sino que también celebra la memoria colectiva de Pamplona, consolidando al Paseo Sarasate como un símbolo de identidad local y un referente de diseño sostenible. Este proyecto marca un hito en la evolución de la ciudad, transformando su corazón urbano en un espacio innovador, verde y resiliente.